Situada en un antiguo teatro y plató de televisión de la calle 54, en Manhattan, Studio54 fue un club neoyorkino inaugurado en los años 70, que se convertiría en el club más legendario de la historia. Todo un fenómeno sociológico y un acontecimiento histórico que tuvo una vida corta pero intensa.
Studio 54 se volvió una discoteca mundialmente famosa por ser toda una institución cultural, entre otras cosas, y por ser una gran pasarela de estilo.
Pese a su fama, el club acabo cerrando y sus fundadores tuvieron que reinventarse.
Ian Schrager, uno de sus creadores y fundadores, sabía que con Studio54 había revolucionado el concepto de discoteca y decidió emprender camino hacia el mundo hotelero.
Así fue como desarrollo y creó el concepto de “hotel boutique” a través del que sería considerado el primer hotel boutique de la historia, el Morgans situado en la avenida Madison, Nueva York.
Morgans se alejaba del concepto que presidía por aquel entonces la idea de cadena hotelera, impersonal y de gran tamaño. En Morgans primaba la atención personal, el cuidado por la estética y se ofrecía la mejor restauración.
Bajo estas tres premisas, Ian Schrager creó el concepto hotel boutique que hoy en día acuñamos a aquellos establecimientos con estilo y carácter propio, que disponen de pocas habitaciones para poder ofrecer un trato 100% personalizado al cliente y que se encuentran en ubicaciones especiales.
Estos conceptos definen Atmos Hotel Boutique, complejo al que asociamos estilo, exclusividad y detalle y que, a diferencia de la mayoría de hoteles boutique, normalmente instalados en los centros de las ciudades más grandes, se encuentra en el rural gallego, lo que lo hace más especial si cabe.
Ian Schrager afirmaba que el lujo es hacer que la gente se sienta bien, independientemente de su edad o cuánto dinero gane. Es un estado de ánimo, un sentimiento. Podemos confirmar que hoy en día está todo inventado, el concepto de hotel boutique existe, pero decía Schrager que “la única forma de distinguirse es haciendo magia y el secreto radica en cómo combinar esos elementos diferenciadores”. Y eso es exactamente lo que intentamos hacer desde Atmos Hotel a través del trato a nuestros clientes, la atención en los detalles, la preocupación por el medio y con un restaurante, Fera, que trata los sabores con cariño y juega a crear nuevos platos.